

Una argumentación es un texto que tiene como fin o bien persuadir al destinatario del punto de vista que se tiene sobre un asunto, o bien convencerlo de la falsedad o veracidad de una teoría, para lo cual debe aportar determinadas razones.
Aparte de esta intención comunicativa, el texto argumentativo se caracteriza por una organización del contenido que lo define como tal: se presentan unas opiniones, que deben ser defendidas o rechazadas con argumentos, y que derivan de forma lógica en una determinada conclusión o tesis.
Para conseguir el propósito de convencer o persuadir al receptor de un texto argumentativo existen una serie de argumentos que nos pueden ser de gran ayuda. Entre ellos destacamos:
- ARGUMENTO DE AUTORIDAD:

Se trata de un recurso que se basa en testimonios o citas de personas, célebres en muchos casos, o especialistas en el tema sobre el cual redactamos nuestra argumentación. De esta forma, podemos conseguir adelantarnos a posibles opiniones contrarias, además de reforzar la idea o tesis que queremos defender, apoyándonos en expertos que gozan de un gran respeto o prestigio dentro de la sociedad:
Ejemplo:
Ejemplo:
Según reconocidos especialistas de nutrición de todo el mundo, la dieta mediterránea basada en el consumo de frutas, verduras, pescado, y el aceite de oliva, es la mejor para llevar una vida sana y equilibrada.
- ARGUMENTACIÓN DE LA MAYORÍA

Es otro tipo de argumento muy empleado en el que se recurre al sentir de la mayoría de la gente o de la sociedad. Al igual que en el caso anterior, tiene como finalidad reforzar aquello que queremos defender, presentándolo no como una idea propia, sino como algo compartido por la mayoría de personas:
Ejemplo:
Todo el mundo piensa que la idea puede funcionar.
- ARGUMENTACIÓN DEL CONOCIMIENTO Y LA EXPERIENCIA

Un texto argumentativo tiene con frecuencia una parte expositiva, en la cual se incluyen datos diversos, datos en los que nos apoyamos para argumentar.
Las experiencias que hemos vivido, lo que nos ha pasado a nosotros y a los que nos rodean, también son una útil fuente de datos, que podemos incluir en nuestra argumentación, si se relacionan con el tema que estamos tratando.
Es frecuente utilizar los ejemplos para ilustrar lo que se quiere defender o rechazar. Con ellos se hace referencia a situaciones vividas por nosotros mismos o por personas cercanas de las que tenemos conocimiento. Es un recurso muy efectivo para persuadir al receptor o receptores a quienes nos dirigimos.
Ejemplo:
Yo misma, y algunos de mis amigos, lo hemos probado y funciona.
Yo misma, y algunos de mis amigos, lo hemos probado y funciona.
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